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viernes, 22 de marzo de 2013

Tres cruces



Y de pronto llega otra estación, otra primavera más…Llegan las alergias, el ligero alboroto de la sangre que la floración de esta estación nos causa, y volvemos a crucificar al nazareno. 

Volvemos, como diría Machado -en la siempre presente canción de Serrat- a pedir escaleras para subir a la cruz. Por cierto, cada vez se hace más popular -y cansina por repetitiva- la Saeta Serratniana en su versión procesional, una curiosa paradoja visto los deseos del poeta sevillano que expresaba...

no puedo cantar, ni quiero,
a ese Jesús del madero,
sino al que anduvo en el mar!

Jesús de las Seis de Cuenca
 
La primavera, que nombrara Vivaldi en una de sus 4 composiciones estacionales, nos abre el apetito anímico y en una ciudad provinciana, como es la que me hallo, abre el apetito semanasantero. O torrijeño, según prefiera el lector.

Ya están puestas las tres cruces sobre el Cerro de la Majestad de Cuenca. La estirada luz blanquecina ilumina la ladera del monte. Volviendo a mi admirado Serrat, en su universal Mediterráneo, aunque con un sentido totalmente opuesto:

En la ladera de un monte,
más alto que el horizonte.
Quiero tener buena vista


Tres cruces

Pues en la ladera del monte, que casi disfruto enfrente, tengo la mejor vista posible para ser 23 de Marzo. Y es que estamos en Semana Santa y el que aquí escribe es un apasionado de esta celebración religiosa-cultural-ancestral.

Y os preguntareis vosotros, ¿este blog es de temática religiosa?, ¿me he topado con un mecanismo oficial de propaganda franciscana (mejor dicho, Bergoglista)?

No, tranquilo lector. No es mi intención. Ya puedes respirar tranquilo.

Eso sí, no salgas de este blog sin haber visitado esta otra entrada. Ahí comprenderás porque digo lo que digo…

Saludos y buena Semana Santa allá donde estés!!!