Mira la roca con sus ojos inquietos
el espejo del día que proyecta el cielo.
Alardea la roca de sueños,
sueños que no se cumplirán jamás.
Sueños inmóviles para una roca.
Allá, en lo alto de la montaña.
Abajo, miles de tejados alineados
o entrecruzados.
Es el Socorro o
el ojo que todo lo ve.
Es la humilde y grande montaña
que no articula.
Como el hombre que todo lo sabe
y no sabe nada,
porque no dice nada.
a mi me gusta, primo. Los tres últimos versos son muy buenos.
ResponderEliminarGracias primo!...Tengo material para construir un rascacielos y no se que hacer con él jeje!
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