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martes, 20 de marzo de 2012

Modas

Hoy quiero hacer reflexiones, al viento....reflexiones en general, porque no hay nada de malo en reflexionar, parece ser. 

Pensar es gratis y no está mal visto (en según qué ámbitos claro). Otra cosa ya es pensar en voz alta, es decir, opinar, ser crítico con los demás, ser auténtico, no tener miedo a nada, discutir, clamar, ser cabal con uno mismo y no sumirse a los demás, etc.

 Las modas, ¿qué es una moda?, ¿quién pone de moda las modas?,  ¿hay que seguir las modas?, ¿por qué hay que seguirlas?

Hoy en día parece llevarse mucho el cuidarse la opinión en según qué ámbitos o aspectos de la vida o según con quien o con quienes las exprese uno. Parece que coexiste un cierto recelo o miedo a difundir ciertas opiniones o habladurías con determinados individuos por el qué dirán o por el qué nos dirán. O sencillamente, para que no tengan una imagen negativa de nuestra persona....para que vean solo lo buena gente, optimistas, empáticos o modernos que somos. 

El desasosiego, la inquietud, la angustia, el cabreo....lo dejamos para los más íntimos por el qué dirán.

El que suele expresar su opinión en foros, reuniones de vecinos, actos públicos, redes sociales, etc. como si estuviera en su casa…con total libertad, sin ninguna preocupación latente, suele ser abiertamente criticado o vilipendiado y también se da el caso de que sea enormemente aplaudido (en casos menores). 

Existen personas que son poco dadas a expresarse en público o sobre determinados asuntos por guardar la prudencia necesaria y conveniente en muchas cuestiones. A estas las admiro profundamente. A veces se dice más con un silencio que con la palabra. Otras parecen ositos de peluche y a la primera de cambio te han llamado de todo excepto bonito.

Me asquean las modas. No soy un acérrimo seguidor de ellas aunque en muchas caigo arrastrado por las masas o por decisión propia. En moda procuro llevar la ropa más cómoda posible aunque me gustaría arriesgarme y vestir cual grung un día, cambiar a una mezcla de punk y gótico otro, y al tercer día vestirme de pijo. Si no lo hago mis razones tengo por factores sociales.

El otro día escuchaba una entrevista radiofónica a una periodista que ha sacado un libro sobre la imagen que deben dar y que dan los políticos españoles y su comparación con los extranjeros. La imagen, todos lo sabemos, prima hoy en día mucho más que cualquier otro aspecto y parece que hay unas ciertas normas o estándares. Hay un estilo, un estilo impuesto y todo lo que se salga de ese estilo parece anticuado, raro o no sirve.

Juzguen ustedes mismos.¿Somos prisioneros de una moda impuesta?

Y como creo que está en consonancia con el tema que trato y con otro que no merece la pena comentar les invito a leer el articulo de un hombre que no tiene pelos en la lengua. Arturo Pérez Reverte.



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