Y no sé porqué me ha dado por hablar de comida. Pues lo voy
a hacer hombre, aunque debería dejar de practicarlo por el pequeño gremlins que
me está saliendo.
En esta comarca serrana en la que me encuentro, somos de muy
buen yantar. La mezcla de culturas, el abrigo de la serranía conquense y
el frío imperante en estos meses, sobre todo por cotas altas, hacen del comer
un asunto de estado y sin corrupción por delante, aunque hayan ventas y
hospederías donde den chicha por limoná.
Zarajos. Plato típico conquense |
No se vayan a pensar ustedes que los que aquí residimos nos
pasamos todo el año degustando excelentes potajes o seductores pestiños, eso lo
dejamos para cuando arrecia el frío y ocasiones festivas especiales.
A mí me gusta decir que soy serrano. Aunque estamos en una
encrucijada entre mancha, alcarria y sierra; parece que, por la naturaleza del
paisaje y la cercanía inminente del pinar, la roca y el río, mis paisanos y yo
tenemos un corazoncito serrano asentado desde hace siglos.
Ajoarriero |
Me encanta la alcarria, y cada día adoro más la mancha pero
ese logaritmo neperiano elevado a la máxima potencia que es la zona nordeste de
la provincia de Cuenca, es decir la serranía, me pone, y mucho oiga.
En estos montes y valles el ganado trashumante ha dejado
huella, y, por tanto, el cordero y el cerdo son los productos reyes. Con las tripas
del primero -entrelazadas en un sarmiento y a las ascuas- se prepara el riquísimo Zarajo. Cuando se lo
doy a probar a alguien procuro no decirle que es, porque, si es al contrario,
va a tener sus prejuicios a la hora de degustar este rico manjar.
Botella típica de Resoli |
La caza no podía faltar. En la Serranía alta la caza mayor
tiene su aceptación con el venado y el jabalí. En la capital, la liebre, el
conejo y la perdiz, junto al hígado de cerdo, sirven de base (aunque cada
maestrillo tiene su librillo) para el plato más conocido de la cocina
conquense: el Morteruelo. Un riquísimo paté espeso que se adereza con las especias
de la sierra: el tomillo y el romero.
Otra comida típica es el Ajoarriero o Atascaburras. Esta se
hace en múltiples regiones españolas. Aquí lleva patata, bacalao, huevos, ajo y
aceite y pan.
Una buena comida debe ser acompañada de un buen brebaje y,
ahora que tenemos la Semana Santa a la vuelta de la esquina, el Resolí no falta
en los hogares conquenses. La herencia árabe nos deja este sabroso licor de
café, coñac y anís.
Para terminar, y si tiene la dentadura fuerte y sana, pruebe
el Alajú. Pasta de miel y almendras, también de tradición mora.
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