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domingo, 20 de enero de 2013

De comidas conquenses



Y no sé porqué me ha dado por hablar de comida. Pues lo voy a hacer hombre, aunque debería dejar de practicarlo por el pequeño gremlins que me está saliendo.


En esta comarca serrana en la que me encuentro, somos de muy buen yantar. La mezcla de culturas, el abrigo de la serranía conquense y el frío imperante en estos meses, sobre todo por cotas altas, hacen del comer un asunto de estado y sin corrupción por delante, aunque hayan ventas y hospederías donde den chicha por limoná.
Zarajos. Plato típico conquense
No se vayan a pensar ustedes que los que aquí residimos nos pasamos todo el año degustando excelentes potajes o seductores pestiños, eso lo dejamos para cuando arrecia el frío y ocasiones festivas especiales.

A mí me gusta decir que soy serrano. Aunque estamos en una encrucijada entre mancha, alcarria y sierra; parece que, por la naturaleza del paisaje y la cercanía inminente del pinar, la roca y el río, mis paisanos y yo tenemos un corazoncito serrano asentado desde hace siglos. 

Ajoarriero

Me encanta la alcarria, y cada día adoro más la mancha pero ese logaritmo neperiano elevado a la máxima potencia que es la zona nordeste de la provincia de Cuenca, es decir la serranía, me pone, y mucho oiga.

En estos montes y valles el ganado trashumante ha dejado huella, y, por tanto, el cordero y el cerdo son los productos reyes. Con las tripas del primero -entrelazadas en un sarmiento y a las ascuas-  se prepara el riquísimo Zarajo. Cuando se lo doy a probar a alguien procuro no decirle que es, porque, si es al contrario, va a tener sus prejuicios a la hora de degustar este rico manjar.
Botella típica de Resoli
La caza no podía faltar. En la Serranía alta la caza mayor tiene su aceptación con el venado y el jabalí. En la capital, la liebre, el conejo y la perdiz, junto al hígado de cerdo, sirven de base (aunque cada maestrillo tiene su librillo) para el plato más conocido de la cocina conquense: el Morteruelo. Un riquísimo paté espeso que se adereza con las especias de la sierra: el tomillo y el romero.  

Otra comida típica es el Ajoarriero o Atascaburras. Esta se hace en múltiples regiones españolas. Aquí lleva patata, bacalao, huevos, ajo y aceite y pan.

Una buena comida debe ser acompañada de un buen brebaje y, ahora que tenemos la Semana Santa a la vuelta de la esquina, el Resolí no falta en los hogares conquenses. La herencia árabe nos deja este sabroso licor de café, coñac y anís.

Para terminar, y si tiene la dentadura fuerte y sana, pruebe el Alajú. Pasta de miel y almendras, también de tradición mora.

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