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martes, 17 de mayo de 2011

Signos de madurez

Nos estamos volviendo un clásico, un reservado. ¿O no?.....A ratos, en momentos de felicidad.
Diría yo que la libertad se hace patente en uno y elige lo que antes no habría designado por absurdos prejuicios. Podría haber hecho esto casi toda mi vida y no lo hice.

Pequeños placeres musicales a horas y en lugares determinados, almuerzos sutiles y paladeadas viandas en casas hostiles, livianos caprichos ejercitables que favorecen el cuerpo y la mente y subidas de ánimo favorecidas desde el más allá, de la red digo... son definiciones de felicidad en un servidor y en esta época.

Pero sobretodo el bienestar en mí reside en un momento de sosiego y tranquilidad, a ser posible después de comer y en soledad, a falta de buena compañía o de una asociación con alguna vida inteligente perdida de la mano de Dios.

                La felicidad creo que reside en esos momentos puntuales en los que uno no tuerce el gesto y da gracias a la vida por darme tanto, como dice la canción. Claro que uno echa en falta otros estados y ocasiones, siempre uno desea lo que no tiene, pero habría que definir esas peculiaridades como otros estados diferentes de felicidad, como una felicidad relativa y no conocida.

                El hecho de que me haga estas reflexiones tan profundas y de las que, hasta yo me asusto al releerlas, viene al pelo de la búsqueda de vida inteligente en esta sociedad nuestra. En el hecho de apartarme de la superficialidad y de la frivolidad, aunque a veces el cuerpo me pida lo contrario, y de terminar con este hastío de imbecilidad y egoísmo imperante en todos los ámbitos y sectores. En la finalidad de desahogar los pensamientos negativos fruto de los avatares diarios en estas líneas. También en la necesidad de complacer a mi abultada lista de lectores. Es broma por supuesto.

Es curioso. Cuando uno, cada vez más, va tomando conciencia de si mismo y de lo que le rodea, se aprecia en demasía un nivel de estupidez acuciante en su entorno y a su vez, cuando en vida aparece un ser lleno de luz y corazón, se le toma un cariño renovado que es capaz de hacer olvidar lo anterior.
                Para todo aquel que me entendiese y estuviese en la misma situación que un servidor.

                                               En la villa de Cuenca, a 17 de Mayo del año 2011.

                                                                              David.

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