Y es que estas dos rutas de dificultad baja que voy a recomendar, son un ejemplo de que, a veces ni los propios conquenses saben lo que tienen.
Pero no solo son sendas para los locales sino que también son muy idóneas para turistas, ya que, sobretodo la primera, ofrece como premio unas vistas sobrecogedoras. El objetivo de recorrer ambas puede tener múltiples causas: disfrutar de la naturaleza, de la paz que ofrecen estos lares, contemplar la ciudad desde las alturas, sentirse un Jesús Calleja por caminos donde no se suele escuchar las pisadas del hombre...en fin, sentir la libertad de descubrir nuevos rincones llenos de magia y espiritualidad.
Recordar que si queréis ver las fotografías bien grandes solo tenéis que pinchar en ellas.
Nueva ruta por el Cerro del Socorro de Cuenca
Vistas de Cuenca desde lo alto del cerro |
A los viejos lectores de este humilde blog les sonará que hace tiempo ya hice una entrada parecida con este paraje que domina todo Cuenca.
Y así es, y fíjate por donde y sin saberlo hace ocho años por estas mismas fechas subía la entrada de esta misma ruta, aunque por otra vertiente muy cercana a la que hoy indico. Y, casualidades de la vida, indicaba en ese post que hacía un tiempo inusual para ser febrero, que la primavera se había adelantado. Por eso aproveché para subir por esta senda rocosa y arenosa que en invierno con nieve o hielo, es peligrosa.
Y ocho años después se repite la misma historia. Aunque hay que decir que la primavera del febrero de 2011 no fue tan acentuada como la que estamos teniendo este 2019. Los alérgicos lo sabemos bien desgraciadamente.
Salimos desde lo alto del Barrio de los Tiradores |
Pues bueno. Aquí que me tienes subiendo hacia el cerro o monte donde se erige el Monumento al Sagrado Corazón del Jesús (en cuya construcción participó la empresa que dirigía mi abuelo Mariano). La subida reglamentaria, la indicada y acondicionada, es la que asciende desde el Parador de Turismo por la vertiente norte. Pero a mi me gusta siempre hacerlo por la sur que es más soleada y se contemplan una vistas excepcionales de toda la planicie donde se extiende la ciudad nueva (aunque también se divisa parte del casco antiguo).
Se puede empezar desde distintos sitios. Yo empiezo a ascender la ladera por un camino que surge frente a la ermita de Fátima. Allá se bifurcan y trifurcan los caminos. Seguiré siempre el de mi izquierda para bordear una pequeña loma y comenzar la ascensión.
Arriba a la izquierda la ruta que hice en 2011. Esta está más a la derecha |
Dejaremos los depósitos de agua de Villarromán a nuestra derecha y comenzamos la peor parte de la ascensión. Hay que decir que no es una subida exigente salvo en algunos tramos por las rocas que exigen un paso cuidadoso para no tropezar o resbalar. Pero en general es apta para casi todas las personas que suelan andar a diario o que no tengan problemas respiratorios o más graves.
Enseguida nos tenemos que volver para contemplar el paisaje |
Es una subida cómoda y agradecida si no hay barro, hielo o nieve. Por eso es mejor realizarla en días secos y soleados como los de este febrero. Con buen calzado claro. Y además no cansa porque cada dos por tres uno tiene que pararse a vislumbrar o fotografiar el tremendo paisaje. Y si vas con un libro, cualquier rincón es perfecto para leer.
Parece de juguete |
La senda acaba en la carretera de subida al cerro. Carretera que parte de la que va desde Cuenca a Palomera. Pero lo mejor está al llegar al Monumento, desde allí tienes toda la ciudad a tus pies y parte de las hoces y la sierra.
Tras atravesar el pinar llegamos a la carretera que ya será casi llana |
Para finalizar puedes bajar por la misma vertiente sur en sus múltiples senderos de bajada o, más cómodamente, por la senda que llega hasta el Parador de Turismo y el Puente de San Pablo.
A la derecha vamos observando el verde paisaje de la Hoz del Húecar |
Y en febrero los cerezos en flor (¿o son almendros? Siempre los confundo) |
Y como no, Cuenca. Mágica. |
Rodeando El Vedijón
Cambiamos de entorno, aunque no nos alejamos mucho. Ponemos rumbo a la serranía de Cuenca pero sin llegar a ella.
El itinerario que os voy a enseñar es un novedad para mí. Mira que he pasado veces por la carretera de Villalba y nunca se me ha antojado parar en donde paré este fin de semana. De pequeño recuerdo haber dado un pequeño rodeo por los alrededores para buscar hongos y pasar el domingo, de la mano de mis progenitores.Pero nunca me había introducido en estos campos bañados por el encantador rió Júcar.
Cogemos el coche y saliendo de la ciudad de Cuenca, nos dirigimos hacia Villalba de la Sierra, puerta de entrada a la Serranía norte de Cuenca, por la CM-2105. Pasamos el restaurante del Ventorro (donde te aconsejo reserves cuanto antes para degustar su fantástico lomo, las gachas en sartén o los tremendos huevos fritos con patatas a lo pobre) y justo antes de donde pone la señal de KM-13, sale un pequeño desvío en forma de caminito a mano derecha.
Buenas reses se cuidan en estos lugares |
Lo identificarás porque hay una finca con ganado vacuno en la explanada. No te preocupes si te pasas porque justo en unos metros hay otro desvío, también a la derecha, donde vas a poder dejar más cómodamente el coche.
Estamos en tierra de ganado de reses bravas. Está todo vallado así que no hay peligro de tener un disgusto con estos animalitos, pero ve con cuidado.
Y de caballos |
Nuestra senda empieza en esa misma explanada. Abajo sale un sendero muy agradable en un bosquecito que parece una mezcla entre dehesa extremeña y Selva Negra. Diría que hay encinas, eso me parecieron a mi pero no soy ningún experto botánico, y no lo aseguro porque no quiero meter la pata.
Iremos en la búsqueda del Júcar. Así que fíate por el sentido común y continúa bajando hasta los chopos que se ven al final. Enfrente se erigen las formaciones montañosas que anteceden a la Ciudad Encantada, al Valle del Cambrón..y más allá a la Sierra de Valdecabras. Lugares dignos de visitar.
Una vez llegado al Júcar, seguimos el sendero bordeándolo. Buenos sitios de baño hay ahí. Habrá que buscarlos en verano aunque no se si será coto de pesca.
Río Júcar |
De repente el sendero parece ir esfumándose...y al final desaparece. Estamos volviendo a la finca ganadera pero por el norte. Ahora solo queda llevarse por la intuición y ascender hasta encontrarse nuevamente con la carretera. Y la sorpresa es que llegamos a un mirador estupendo desde donde sale otra senda que cruza el río.
Es el mirador del Vedijón. Aquí nos informan de la vegetación existente y podemos ver muy buenas vistas. Es el fin de nuestra segunda ruta pero es el principio de próximas ya que si cruzamos el puente podemos andar muchos más caminos interesantes.
Como veis, la dificultad y el tiempo convierten a este sendero en una buena opción para darse un paseito tranquilo, sin dificultad.
Espero que os hayan gustado.
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