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lunes, 25 de marzo de 2019

Las mejores vistas de Cuenca

Hay ciudades que son admiradas por su patrimonio histórico, otras por sus museos o por su arquitectura vanguardista. Las hay que tienen el secreto de su éxito en la naturaleza que les rodea. Y luego está Cuenca. Es un caso aparte. 

Esta ciudad se tiene que contemplar desde las alturas, porque su belleza radica en esa conjunción de paisaje y urbanidad que tan especial hace a este reducto castellano. Aunque ha habido intentos de estropear ese patrimonio, como por ejemplo el horrible mazacote del Museo de las Ciencias, aún podemos deleitarnos con la magia de Cuenca desde múltiples miradores y sendas que transcurren por sus hoces y montes. 



A continuación os enseño la que creo que es la ruta menos conocida de cuantas bordean la ciudad antigua y sus hoces, tanto para foráneos como para locales. Y, además, para un servidor, mi favorita para contemplar las mejores vistas, no solo del casco antiguo y de la hoz del Huécar, sino de la gran parte de la ciudad moderna. Es una ruta corta, de poca complejidad -aunque tiene tramos donde hay que extremar la precaución- e ideal para llevarse un libro y sentarse en una piedra, o para sacar unas fotos espectaculares. Sobre todo todo al atardecer.

Este camino se puede hacer en los dos sentidos. Yo prefiero salir desde lo alto del Barrio de los Tiradores, en una carretera vecinal que sale casi a la altura de la rotonda, cerca de la ermita de Fátima. Pero, como digo, también se puede hacer a la inversa, comenzando desde el Parador de Turismo o, incluso, desde el Auditorio de Cuenca.

Recuerda que puedes ampliar las imágenes pinchando sobre ellas.

Se puede empezar escalando desde esta roca del Teatro Auditorio aunque es peligroso


Comenzamos ascendiendo



MAPA DE LA RUTA
Antes que nada decir que es recomendable realizar este sendero cuando lleve unos días sin llover o creamos que no ha helado. Desaconsejable con hielo, nieve o barro. Es un caminito muy estrecho y a veces peligroso. Por eso la precaución debe ser nuestra primera norma y llevar un buen calzado que agarre es básico. Y no confiarnos, porque una caída tonta puede ser fatal. 

Casi todo el trayecto es sendero de tierra o piedra pero habrá veces que tengamos que escalar o bajar unas pequeñas rocas.



El camino de la izquierda es el que cogeremos. El otro nos lleva al Monumento al Sagrado Corazón

Empezamos la ruta muy cerca del Museo de Paleontología, entre el parque de la ermita de Fátima y el Barrio de los Tiradores.  Desde este lugar se pueden realizar las otras dos rutas que enseño en mi blog para ascender al Cerro del Socorro. Nosotros nos meteremos esta vez por el camino de la izquierda para bordear el cerro, donde está el monumento al Sagrado Corazón de Jesús, por la Hoz del Huécar.

Aquí empieza la subida. Al fondo el Museo de Paleontología y Los Tiradores.

Dejamos la carretera y  cogemos el caminito de la izquierda para ascender por el cerro, como las cabras. Inmediatamente las vistas empiezan a ser fantásticas. Aquí vamos contemplando el barrio de Los Tiradores y la ciudad nueva.

En poco tiempo llegamos al vértice donde, continuando el camino, torceremos a la derecha para embocar la hoz. Aquí tenemos una visión cenital de toda la ciudad. De lo cerca que está, desde esta privilegiada posición es como si estuviéramos encima de ella, como si la tocáramos.


Pararse a echar un vistazo es inevitable y obligatorio. Desde luego que no vas a ver mejores vistas en otro lugar de España.





Continuamos la senda bajando poco a poco hasta confluir con otro camino que sube desde al Auditorio. Hay que decir que esta senda que nace en el Teatro, no nace de ningún camino sino que hay que escalar la roca para llegar a él. De ahí su complejidad. 


Nosotros seguimos bordeando la hoz, entre pinos y romero, para llegar a otro vértice. Aquí podemos optar por subir al cerro de Socorro (tremenda subida por lo elevado y peligroso) o continuar bajando por la senda que nos llevará hasta el hocino de San Pablo. Esta segunda es la que cojemos. 





Y por fin acabamos nuestra senda en donde empieza otra de subida al Cerro del Socorro. Aquí hay un mojón que indica el comienzo del Viacrucis cristiano. Por tanto no hay pérdida.



Nosotros nos bajamos por el hocino, contemplando las hermosas rocas donde tantos escaladores acuden los fines de semana y terminamos en el Parador de Turismo, frente a las Casas Colgadas y el  Puente de San Pablo.




Como veis es una ruta muy sencilla y espectacular. No apta para todas las edades pero casi. Preparar la cámara de fotos y ¡a por ella!




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